Operativo Sapere: “Nunca pudimos tener acceso a la justicia”

Nelly Curiman. Fotografia Natalia Cantero

Así lo declaró Nelly Curiman en el juicio Escuelita II por el Operativo Sapere. Reconoció  a Alejandro Rojas como quien comandaba el operativo y haber visto a los imputados Osvaldo Laurella Cripa y a Luis Alberto Farias Barrera.
La testigo fue detenida en agosto de 1975, mientras vivía en el barrio Sapere junto a otros 10 vecinos, entre los que se encontraban Juan Francisco Pinchulman, Javier Seminario y Orlando Cancio, en un operativo en conjunto por las fuerzas provinciales y federales “los vehículos utilizados eran de la policía, estaban armados con todo tipo de armas”. Con unos 50 efectivos policiales involucrados.



Habían acordonado el perímetro del sector monolito del barrio y además de los que habían ido a buscar “levantaban” al que se cruzaba también, según palabras de Curiman.

Destacó que en ese momento en el barrio trabajaban para poder tener mejores viviendas, y una mejor calidad de vida, diagramando los espacios para poder llegar a tener una guardería y una biblioteca barrial.  El día del operativo “Era un día muy helado, yo estaba en mi casa con unos cuatrocientos libros porque estaba armando una biblioteca popular para el barrio”.

A las pocas horas dejaron a 10  de los 11 vecinos detenidos en libertad porque “carecía de meritos” la detención, salvo a Orlando Cancio, quien continuo detenido.

A fines del mismo mes comienza una redada “bastante indiscriminada” y los vecinos son nuevamente recapturados. Esta vez el operativo estaba compuesto solo por fuerzas de la policía provincial encabezado por el comisario Alejandro Rojas, conocido por ese entonces como el “terror de los militantes”.

Embarazada de ocho meses es trasladada a la Alcaidía de la ciudad después de estar dos días en la, por entonces, Comisaria Primera es trasladada a la Alcaidía de la calle Ministro González.  En septiembre nace su hija, a quien cría junto a ella en la cárcel durante ocho meses. “Nunca pudimos tener acceso a la justicia, nunca firmamos por qué estábamos ni por qué salíamos”.

 Declaró que Orlando Cancio también estuvo detenido en la Alcaidía y que a Javier Seminario ya lo habían dejado “completamente aislado” en la Comisaria.

En marzo de 1976, a los pocos días del golpe de estado Luis Farias Barrera visitó el pabellón de las “presas políticas”. Tomó a su hija en brazos de la cucheta de la celda donde estaba y mirándola a los ojos le preguntó “dónde está el fugado del padre”. “Esa actitud yo la sentí como una amenaza”, dijo.
En mayo del 76, tras ocho meses de cautiverio fue liberada. “Cuando fuimos liberadas Laurella Cripa estaba parado en las puertas y nos dijo “bueno fue un error”.  “Nos llamo las perejilas”.

De su vinculo con los detenidos- desaparecidos del barrio dijo que a Orlando Cancio y Francisco Pichulman eran vecino del barrio, Javier Seminario, pareja del papá de su hija y Celestino “el chino” Aigo un amigo del “Villa Florencia”  que se preocupaba por la realidad de su localidad.
“Si hay un hecho gravísimo en Sapere, es este que acabo de relatar”, concluyó.

Por Olga Cabeza

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